Una mirada profunda sobre cómo el simple acto de poner un pie delante del otro puede transformar nuestra forma de pensar, sentir y observar. Caminar por el mundo y nos hace recuperar la simplicidad absoluta de la vida, más allá de todo camino, ante cualquier expectativa fluyen ante nuestra alma paisajes que se convierten en parte de nuestro espíritu. Hay quienes tienen sus retos; picos, cimas y grandes cumbres, eso cada uno… La necesidad que tiene. Hay algo más intrínseco y es que una vez que empiezas a recorrer caminos, ya sean desiertos remotos, bosques frondosos o majestuosos terrenos alpinos, cuando elegimos caminar, sucede algo maravilloso: nuestra conciencia y apreciación del mundo natural comienza a crecer. Lo que debería suceder es que a nadie le importe realmente de dónde son sus compañeros/as de excursión o de qué se ganan la vida. En el camino, todos son iguales. Un grupo de soñadores.

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